El misterio del Teide y la pirámide que no estaba allí
Con 3.718 metros sobre el nivel del mar y más de 7.000 sobre el lecho marino, lo que le convierte en el tercer volcán más grande del mundo, el Teide se yergue sobre las nubes de las Islas Afortunadas ofreciendo a sus visitantes un espectáculo colosal desde la cima.
Pero aún lo es más cuando en determinados momentos la puesta de sol conjugada con la perspectiva convierte la silueta del volcán en una estilizada pirámide. La sombra del Teide se alarga inusualmente debido a la posición del sol, muy bajo con respecto del horizonte.
La perspectiva nos juega esta mala pasada visual de hermoso resultado fotográfico. Para el caso, dada la gran altura del volcán, incluso si se tratase de un cubo, la sombra alargaría su forma alterando sus proporciones y casi terminaría también pareciéndose a una pirámide.