En el año 1936 este ordenador hidráulico de Lukyanov fue el primero sen ser capaz de resolver ecuaciones diferenciales, algo que a los de letras les suena a ignoto dolor de cabeza y a los de ciencias les suena a familiar dolor de cabeza.
El funcionamiento tenía como base una serie de tubos interconectados y llenos de líquido que mediante el ajuste de ciertos mecanismos variaba en el nivel que mostraban dando como resultado la solución a los complejos cálculos.
El uso que se le daba a este hidrordenador tenía como fin en un primer momento calcular la fatiga de materiales de construcción pero sirvió de inspiración a otros dispositivos y aplicaciones en el campo de la geología, física termal, metalurgia e ingeniería de propulsión, imprescindible para el desarrollo de los cohetes que llevaron a Rusia a ser la primera durante muchos años en la carrera espacial.
Eran tiempos en los que un fontanero tenía tanta importancia como actualmente un ingeniero informático. Y además cobrando desplazamiento, piezas y mano de obra. ─[Pruned vía Make / Imagen: Museo Politécnico de Moscú]
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