Pasar de 13,4 mm de grosor a 8,8 no es sencillo.
Tampoco lo es bajar de 700 a 600 gramos. Pero en Apple lo han conseguido. ¿Cómo? Pues con una lista de pequeñas mejoras que en conjunto alcanzan esa sutil diferencia entre el oPad original y el nuevo iPad2.
Principalmente la batería es la responsable de la mayor pérdida de peso/tamaño al ser casi un 60% más delgada en el iPad2 que en su primera edición al pasar de 6,1 a 2,5 mm pasando de dos gruesas celdillas a tres más delgadas así como a prescindir de una tapa de plástico para las mismas. Por otro lado un nuevo tipo de cristal en la pantalla ha permitido reducir su grosor sin que se vea afectada su durabilidad.
Todo con el objetivo de que el tablet de Apple vuelva a sentar precedente en un nicho de mercado al que empiezan a llegar competidores que, en el fondo, le podrían haber presentado batalla (en cuanto a diseño) al iPad2, pero que aún les queda “evolucionar” y adelgazar para tratar de tú a tú al último lanzamiento con una manzanica mordía en la espalda. ─Antonio Rentero [Cnet]
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