Hubo un tiempo en que los padres recomendaban a sus hijos estudiar alguna ingeniería, porque garantizaba trabajo y, además, bien pagado. Después llegó el ‘boom’ del ladrillo y todo el mundo quiso ser constructor o, en el peor de los casos, agente inmobiliario. Tras el estallido de la crisis internacional, en 2008, empezó a hablarse de que las nuevas tecnologías habían dejado de ser el futuro para convertirse en el presente. Un presente en el que sólo habría trabajo para informáticos, programadores, diseñadores o community-managers.
Tras los últimos despidos en gigantes tecnológicos, cuesta trabajo dilucidar cuáles son las profesiones con mayores salidas laborales, al margen de los agentes de Bolsa o las funerarias, que no han sufrido descenso alguno en sus actividades.
Mucho se habla de la necesidad de que las empresas de los países occidentales aumenten su competitividad, algo que en el caso del sector tecnológico está suponiendo una drástica reducción de plantillas, único remedio que parecen encontrar los consejos de administración para luchar contra las firmas emergentes asiáticas, como Samsung, LG o Huawei.
Existen múltiples ejemplos de ello. La finlandesa Nokia destruyó 7.500 empleos en 2011 y planea reducir otros 4.000 puestos de trabajo a lo largo de este año. A su vez, la holandesa Philips estudia reestructuraciones que incluyen el despido del 3% de su plantilla hasta 2014 y Yahoo! anunció recientemente la eliminación de 2.000 puestos de trabajo con los que espera ahorrar más de 300 millones de euros.
Ni siquiera los gigantes estadounidenses se libran de la quema. El caso más significativo es IBM, cuya plantilla en Estados Unidos ha pasado de 133.000 trabajadores en 2005 a 94.000 en 2012, según las cifras aportadas por la asociación de trabajadores Alliance@IBM. Paradójicamente, la multinacional cerró el pasado año con una mejora del 7% en relación a 2010, lo que no ha impedido el anuncio de otros 1.100 despidos en EEUU y Canadá y la posibilidad de otros 8.000 en Alemania. Por su parte, la también estadounidense HP, que ya dejó en la calle a 500 personas el pasado año, podría anunciar la semana que viene otro recorte de 30.000 empleos dentro de la gran reestructuración que planea acometer.
Las empresas japonesas también están sufriendo la dura competencia de las chinas y surcoreanas. La muestra más palpable es Sony, cuya plantilla ha perdido 16.000 unidades desde 2008 y este año se reducirá en otro 6%, lo que se traduce en 10.000 puestos de trabajo menos. Eso sí, las cifras en este caso justifican en parte la medida, ya que la compañía cerró el pasado año con 2.000 millones de euros en pérdidas. Algo similar sucede con Panasonic, que dejará en el paro a miles de empleados, cerrará fábricas y trasladará la producción de sus móviles a China y Malasia, tras registrar el año pasado unos números rojos de 7.200 millones de euros.
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…