Tan sólo tienes que insertar tu brazo y esta creación de Chris Eckert se encargará de dejarte un bonito recuerdo para siempre que no sólo no signifique absolutamente nada para ti sino que además luego te puede causar unos cuantos, aunque graciosos, problemas.
Y es que la tatuadora automática no es sólo un genial obra de ingeniería, también es una obra de arte-protesta, ya que los únicos símbolos que tatúa son aquellos correspondientes a las religiones mayoritarias, y lo hace de manera totalmente aleatoria. Con ello quiere mostrar como la mayoría de la gente no elige su religión, sino que nacen en el seno de ella y se les impone.
Madre mía, no quiero ni pensar lo que pasaría como termines con el símbolo equivocado en según que ambientes, aunque siempre puedes tener fe y esperar que tu Dios no tenga tanta mala uva como para hacerte semejante faena o un bromista amante de la ironía.— Dani Burón [Chris Eckert]
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