Normalmente, la policía (o cualquiera con un buen equipo, para qué vamos a engañarnos) tiene ciertas maneras de asaltar una contraseña. Sea mediante fuerza bruta, diccionarios, la llamada ingeniería social, el procedimiento que sea: contra la contraseña de 50 caracteres de Oliver Drage no hay manera.
Acusado de explotación sexual a niños, este individuo, de tan solo 19 años y de Liverpool, por no querer dar su contraseña a la policía ha acabado en la carcel durante 16 semanas. Actualmente está en una especie de reformatorio. No debe de estar muy reformado, porque la policía sigue intentando descubrir la contraseña, sin éxito. — Javier G. Pereda [BBC]
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