La chica de Soy un cyborg estaría encantada con la nueva relación hombre-máquina que establece Envirobank, la máquina expendedora que premia la entrega de residuos. Ha sido instalada ya en algunos lugares de Australia a modo de experiencia piloto, aunque dada la voluntad verde mundial quizá se extienda pronto. La idea es sencilla: las máquinas se tragan, limpian y comprimen los restos reciclables y los ciudadanos con conciencia reciben a cambio cupones o vales para las tiendas cercanas, previa visualización de publicidad en un panel LCD. Se supone que el sistema ayuda a reducir las emisiones de carbono, además, preparando la basura para ser enviada directamente a los depósitos de reciclaje. Aunque, por otro lado, no parece que las máquinas en sí, con pantallas, procesadores, motores, etc., sean especialmente “conscientes del medioambiente”. — Rafa M. Claudín [RedFerret]
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