Así, mientras que los implantes clásicos de titanio son bien tolerados por el cuerpo (al ser un material biocompatible), son mucho más rígidos que los huesos. Esto significa que el implante puede llevar más carga que el hueso que tiene a su lado, con lo que en el peor de los casos, el hueso acabará desgastándose y el implante se aflojará, con lo que necesitará ser reemplazado. Sin embargo, la espuma de titanio (que ha sido creado por el equipo de Peter Quadbeck, del Instituto Fraunhofer de Alemania) es mejor que el metal solido en lo que respecta a impulsar el crecimiento del hueso. Además, la espuma es porosa, lo que permite que el hueso crezca alrededor de ella y también en su interior, permitiendo una integración total del hueso con el implante. Sin duda, un pequeño paso para mejorar los implantes, pero un gran paso para que los humanos se conviertan en personajes de X-men. [New Scientist] — Fco. José Cañizares.
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