La RIAA norteamericana, la organización que representa en este país los intereses de la industria discográfica, está tratando de impulsar y llevar a buen término una medida con un funcionamiento parecido al del canon digital, que tiene el mismo carácter impopular.
La idea, que está siendo rápidamente secundada por todos los grandes sellos discográficos, consiste en cobrar 5 dólares al mes a cada ISP, con la excusa de que son estas empresas las que permiten que los usuarios puedan compartir la música online.
Aunque la medida de la RIAA no se impone directamente a los usuarios, como sí ocurre con el canon digital, terminaría afectando en todo caso a las tarifas que estos pagan por los servicios de banda ancha, al tener que pagar más el proveedor.
Las críticas que ya se están vertiendo en Estados Unidos, parten también de la base de que este tipo de medidas fulminan la presunción de inocencia y tratan a todos los usuarios como delincuentes, que es lo mismo que se le achaca aquí en España al canon digital.
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