Tras ver esta ya la cosa parece mucho más real.
El brazo pertenece a Zhang Chuanqiu, que en 2005 y con edad de 27 años fue encadenado en Hunan, en el sur de China, al parecer tras una pelea con los funcionarios de la localidad, por un préstamo para construirse una casa.
Las cadenas estaban tan fuertemente apretadas que tras provocarle heridas, éstas se empezaron a “curarse” por encima de los eslabones, que no dejaban de penetrar en su brazo, con el resultado que tenéis arriba. No, señores carceleros/torturadores, esto no es aquello de la unión hombre-máquina, os pasasteis.
Ahora Zhang es libre y está en espera para que le quiten las cadenas. Necesita 1.180 euros para la operación que se las extraiga y cure sus heridas:
“Me causan mucho dolor. Están siempre inflamadas y supuran pus todo el tiempo. Pero no tenemos dinero, así que tengo que depender de la caridad o el buen corazón de algún hospital o doctor para salvar mis manos”.
Da escalofríos. Sorprende que no se le cortara la circulación y aún conserve la mano. — Javier G. Pereda [Austrian Times]
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