Aunque se podrían tardar varios años antes de que esta tecnología se implante en ordenadores portátiles, ya se está utilizando en muchos productos de consumo pequeños.
En lugar de utilizar baterías, los investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) quieren atraer la energía de un dispositivo eléctrico denominado ultracapacitor, utilizado ya en algunos dispositivos electrónicos como, por ejemplo, un radio despertador, para mantener al aparato funcionando en caso de que se vaya la luz. Incluso el viejo Palm III ya incluía un ultracapacitor para retener su memoria mientras se cargaban sus baterías AA.
La nueva tecnología podría reorganizar el negocio de los ordenadores, en el que los fabricantes buscan mayor cuota de mercado incrementando el rendimiento de energía de las máquinas. Los fabricantes de chips, por ejemplo, luchan por conseguir el procesador más eficaz, como ponen de manifiesto el Intel Centrino o el AMD Turion. Hewlett-Packard, por su parte, afirma que sus clientes demandan mayores tiempos de autonomía. La velocidad con la que una batería se carga también es importante.
Con este panorama, los chicos del MIT se han puesto a trabajar y han visto a los ultracapacitor como la solución: se trata de aplicar nanotecnología a un dispositivo eléctrico existente, el capacitor.
Los capacitor genéricos almacenan energía como un campo eléctrico y son más eficaces que las baterías comunes porque consiguen su energía de las reacciones químicas. Y más eficiente aún es el ultracapacitor, que es un capacitor con celdas de almacenamiento que ofrecen energía instantánea. El inconveniente es su tamaño, ya que los ultracapacitor necesitan ser más grandes que las baterías para retener la misma carga.
Los investigadores del MIT han solucionado este problema con una enorme superficie de nanotubos, que permiten que el ultracapacitor almacene ampos eléctricos a nivel atómico. La capacidad de almacenamiento (y velocidad de carga) en un ultracapacitor es directamente proporcional a la superficie de los electrodos, por lo que los nanotubos son la solución ideal.
A pesar de los grandes avances, a la nueva tecnología le quedan los menos tres años antes de poder plantearse un enfoque comercial, y a nosotros alguno más de espera antes de tener en nuestras manos un portátil con esta tecnología.
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