El problema de las guerras de patentes es que, básicamente, si las implicadas tienen una envergadura similar, normalmente se convierten en lo que hubiera pasado con la guerra fría si alguien se hubiera atrevido a lanzar el primer misil nuclear.
La diferencia está en que, aquí si hay gente que tiene mucho que ganar, los abogados y empresas dedicadas a la gestión de patentes y propiedad intelectual, que poco les importa que sus clientes den o reciban, ni los posibles problemas que causen a los usuarios. Total, ellos van a cobrar igual.
Lo que estamos viendo con Facebook es lo más normal, en cuanto te demandan por una patente puedes hacer más bien poco, lo mismo ganas o pierdes, así que lo único que te queda es hacerte con más patentes para contraatacar, por simple venganza o si hay suerte, para que ambas compañías, viendo que van a salir perdiendo, terminen llegando a un acuerdo.
De esta manera las patentes se han convertido en armas, en el que las compañías, como si fueran estados, empiezan a gastar cantidades ingentes de dinero en vez de hacerlo en tecnología y desarrollo. ¿Cuándo terminará la locura? [Techweek]
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