El sistema utiliza sensores de todo tipo, desde cámaras hasta infrarrojos o láseres que no dañan los ojos. Recoge los datos para señalar si la gente muestra marcadores biológicos que denoten mala intención (?). En las pruebas, en las que los voluntarios tuvieron que actuar a veces de forma deliberadamente sospechosa, el sistema tuvo un índice de acierto del 78 por ciento.
En fin, parece que estamos ante una especie de pre-Pre-crimen, ya en el espinoso terreno de la moral. ¿Hasta qué punto entrarán en la intimidad de las personas? ¿Importará eso algo en nombre de la seguridad pública? Un portavoz del citado departamento afirma que los datos nunca se vinculan a una identidad concreta: sólo sirven para ayudar a la policía a decidir si deben abordar a un sospechoso. Sí, claro, seguro que todos esos datos no les parecen útiles más allá de la amenaza inmediata… [DailyTech]
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