Fotolog: el fin de un clásico

En estos tiempos de selfies, filtros de Instagram e hiperexposición de la vida propia y ajena a través de las fotos, hablar de Fotolog resulta casi jurásico. Sin embargo, hubo una época, hace poco más de una década, en la que el surgimiento de un blog para compartir fotos supuso una revolución.

Ahora Fotolog, símbolo de esa época, ha cerrado. Y lo ha hecho de una forma harto discreta: simplemente ya no está accesible. Al intentar acceder a una de las páginas alojadas en el dominio de Fotolog, aparece el mensaje de error “Website is offline. No cached version of this page is available”. La compañía no ha emitido ningún comunicado anunciando el fin de la plataforma, aunque desde hace varias semanas su mutismo era absoluto.

Y es que la de Fotolog es -valga el tópico- la crónica de una muerte anunciada. Hace pocos meses borró su aplicación de las tiendas de apps de Apple y Google y su página de Facebook no se actualizaba desde junio.

Más allá de la nostalgia, el principal problema para sus 32 millones de usuarios inscritos es que la desaparición de Fotolog se ha hecho tan de improviso que no les ha permitido recuperar sus antiguas imágenes publicadas. Es cierto que la mayor parte de esos usuarios no entraban a su blog desde hace años, pero todavía quedan algunos que exigen poder rescatar sus fotos.

El de Fotolog es el último (hasta ahora) de los finales de los sitios pioneros que han sucumbido a las nuevas tendencias de Internet y del entorno móvil. Cuando se creó en 2000, desató una fiebre por compartir con el mundo imágenes de todo tipo: personales, artísticas, humorísticas, de actualidad… que ha llegado hasta nuestros días.

El problema es que redes sociales y plataformas más modernas le comieron el terreno en los años siguientes. Unas añadían más funciones a la mera publicación de fotos (caso de Facebook). Otras favorecían la interactividad y la comunicación (como Twitter). Otras, com Instagram, tuvieron el acierto de incorporar filtros y herramientas que daban a las imágenes un aspecto más profesional. Y finalmente, la llegada de apps nativas del entorno móvil, como Snapchat, creadoras o adaptadas a nuevas tendencias como la publicación efímera, terminaron de hacer Fotolog una red inútil para la mayoría. Ahora sólo queda de ella su recuerdo y el reconocimiento a su carácter pionero.

Juan Miguel Revilla

Periodista y profesor, ha ejercido como redactor y editor en medios de información política y cultural. Desde 2012 trabaja en el campo de las nuevas tecnologías. Actualmente es redactor de Itespresso.

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