La digitalización va llegando poco a poco a todos los verticales, por mucha tradición física que hayan tenido estos. Es lo que le está ocurriendo desde hace tiempo al mundo de la agricultura. Fruitbull es una compañía que está contribuyendo a este salto a través de una plataforma que ofrece información actualizada y en tiempo real de todas la variedades de frutas y verduras.
La herramienta, que empezó como una especie de ‘Bloomberg para el sector hortofrutícola’, no solo proporciona en cualquier lugar y momento datos de precios, sino que también permite confeccionar informes personalizados por mercados, variedades, regiones, etc, combinando diez variables distintas. Los datos se pueden exportar en PDF y otros formatos. Incluso existe una función para poder comparar un lineal propio con el de la competencia.
Fruitbull combina la información que obtiene online de los diferentes players (1 millón de inputs al año) con la que recopila de manera presencial (unos 700.000 inputs anuales).
La startup se orienta a productores, distribuidores, cadenas de supermercados y mayoristas, ayudándoles a la toma de decisiones sobre operaciones de compra-venta, optimizando los procesos de negociación y logística y reduciendo los desechos.
La compañía cuenta con dos años de vida y una decena de empleados. En marzo de 2014 los emprendedores Bernardo Herrero y Santiago Álvarez, responsables comerciales de una multinacional frutera, decidieron montárselo por cuenta propia para solucionar algunos de los problemas a los que se enfrentaban cada día. En primer lugar, tenían que trabajar prácticamente a ciegas con productos perecederos. Además, perdían mucho tiempo corroborando cada dato del mercado, con numerosas llamadas telefónicas y visitas a los supermercados.
Un año después de su creación, Fruitbull consiguió un gran impulso, gracias a su relación con aceleradoras como Seedrocket, Campus Google, Wayra y BStartup 10, de Banco Sabadell.
Fruitbull ya ha comenzado a probar su plataforma en nuevos territorios, como Reino Unido. “Es el país más difícil por el cambio de moneda y otros aspectos”, reconoce Álvarez. Y precisamente por estas diferencias han querido testearla allí primero como punta de lanza internacional. Le seguirán Irlanda, así como Francia, Alemania y Holanda. Antes de verano esperan tener Europa cubierta y aterrizar en EE.UU y México.
Todo se hace desde España, aquí se crea el patrón, aunque en cada uno de los países tienen checkers que se encargan de comprobar los precios desplazándose físicamente a los puntos de venta.
Aunque de momento Fruitbull es una solución dirigida a los profesionales de la cadena de valor del vertical hortofrutícola, en el futuro podrían lanzar alguna aplicación específica para el usuario final. “Primero tenemos que conseguir la transparencia en el segmento B2B”, ha señalado el CEO de la startup.
No es habitual que una startup que se encuentra en proceso de incubación haya conseguido monetizar ya y ser rentable, pero Fruitbull lo es. En este momento consigue unos ingresos de 30.000 euros mensuales como promedio. En breve, esperan triplicar estos datos de facturación.
¿Cómo lo hace? ¿Cuál es su modelo de negocio? La compañía cobra entre 600 y 12.000 euros mensuales a sus clientes por el uso del servicio. La cantidad varía en función de si éste es un agricultor, distribuidor, gran superficie, etc. y del tamaño de la muestra. En principio no hay obligación de permanencia.
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