Sí, porque la supuesta utilidad de esta funda es que te servirá de alimento de “emergencia” en el caso de que te quedes atrapado y te encuentres hambriento mientras esperas a los servicios de salvamento.
Esto, que podría tener un mínimo de sentido, se ve totalmente eclipsado por el hecho de que aparte de poder comerse, como funda es un horror. No sólo porque tienes que tener cuidado con el calor y la humedad, sino también porque se rompe con una facilidad pasmosa.
Para rematar la faena, cada funda te costará 48 dólares, y yo que creía que las barritas energéticas eran un robo. Pero si a pesar de todo, aún quieres hacerte con una de estas fascinantes fundas hechas a mano, tan sólo me queda advertirte de que cuando te la vayas a comer quites el iPhone primero. [Ohgizmo]
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