Para ello ha eliminado las carcasas de plástico y ha recubierto los componentes electrónicos de masa, a la que le ha dado forma parecida a la exterior anterior y luego ha horneado directamente.
El resultado son radios, relojes y linternas recién hechas, totalmente funcionales y comestibles. Aunque eso sí, su aspecto y textura blandita, junto con su olor, irán desapareciendo por momentos, pasando primero por una etapa fósil y luego por recubrirse de hongos hasta posiblemente llegar a tener conciencia propia.
¿Será esta una manera de crear inteligencia artificial? ¿Quién sabe? Lo que está claro es que si en lugar de estos aparatos hubiera utilizado un smartphone, tablet o portátil no le habría hecho falta usar un horno, y con el propio calorcete de los procesadores se habrían autohorneado desde dentro. [Inhabitat]
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