Ni una ni dos ni tres, sino hasta cuatro fueron las llamadas recibidas por los servicios de emergencia desde el mismo número. La primera de 44 minutos describiendo con pelos y señales los coches que quería robar y como hacerlo.
A pesar de ello no pudieron localizarlos aunque comprobaron su veracidad tras comprobar que uno de los coches de los que hablaban, un Toyota 4-Runner fue robado unas horas después.
Varios días después recibieron otras dos llamadas, esta vez las pudieron localizar porque estaban en un sitio fijo, pero tampoco les pudieron encontrar finalmente.
Por último recibieron una nueva llamada sin que su autor lo supiera y esta vez si lo encontraron, un hombre de 40 años que sin saber que la policía había oído todo, les dijo al verles que no sabía muy bien por qué su teléfono les llamaba y que le disculparan. Esa fue la confirmación que necesitaron para arrestarle.
Lo que tiene miga no es sólo que el ladrón fuera tan inepto de llamarles tantas veces, sino que la policía de Seattle haya necesitado todo eso para encontrarle. Estamos hablando de genios criminales y policiacos de la talla de Moriarty y Lestrade. Moraleja, si no sabes bloquear el móvil no lo lleves cuando quedes con tus compinches. [Seattle Times]
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