El uso de las plataformas y comunidades sociales como vía para expandir el terrorismo es uno de los grandes problemas a las que se enfrentan las tech. La Unión Europea reconocía hace unas semanas la mejoría en los esfuerzos de Facebook, Twitter y Google por controlar el discurso de odio. Esta última está siendo especialmente activa en los cambios destinados a fortalecer el control sobre contenidos extremistas, especialmente tras la polémica por el posicionamiento de los anuncios de varias marcas junto a vídeos que difundían este tipo de mensajes.
El gigante no ha dejado de realizar modificaciones en sus políticas dentro de esta misma dirección, como la prohibición de monetizar vídeos de YouTube que fomenten el discurso de odio. Ahora, su vicepresidente senior, Kent Walker, ha anunciado cuatro medidas extra con las que quieren combatir los contenidos vinculados al terrorismo, en un editorial abierto en el diario The Financial Times que posteriormente han recogido en uno de los blogs oficiales de la compañía.
Walker explica que Google incrementará el uso de la tecnología, especialmente de técnicas de aprendizaje profundo, para generar clasificadores de contenido que ayuden a identificar más rápidamente vídeos extremistas y relacionados con el terrorismo.
Para apoyar el empleo de esta tecnología, Google ampliará el número de expertos independientes en su programa Trusted Flagger de comprobación de contenidos. En concreto, el gigante añadirá 50 ONGs expertas a las 63 organizaciones que ya forman parte del programa. También reforzarán su trabajo con grupos antiterroristas para mejorar la identificación de vídeos empleados para reclutar activos.
La compañía endurecerá además el enfoque adoptado con contenidos que no violan claramente sus políticas, pero que son susceptibles de difundir propaganda extremista. Estos serán más difíciles de encontrar, al señalarlos con un aviso e impedir que se puedan monetizar o recomendar.
YouTube reforzará los contenidos que advierten contra el discurso del odio y la radicalización. Esta medida forma parte del “método de redirección”, que aprovecha la publicidad en línea para llegar a contenidos destinados potencialmente al reclutamiento y redireccionar a los usuarios que los visiten a otros destinados a “cambiar su opinión”, buscando evitar que se unan a grupos radicales.
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