Internet ha revolucionado el mundo sonoro y radiofónico. Si hasta hace no mucho tiempo la radio tradicional sólo permitía la escucha de locuciones al mismo tiempo que se emitían, las cosas han cambiado bastante con la red.
Cuatro años atrás surgían los primeros podcasts, cuya mayor aportación es permitir la escucha de grabaciones de audio de forma no simultánea, en el momento en que el usuario desee. Para ello su escucha se realiza a través de la página donde están alojados, pero también es posible descargarlos a un reproductor portátil propio.
Aunque ahora también los podcasts incluyen vídeo, éstos nacieron como una mezcla de archivos de audio, generalmente MP3, usados con RSS como archivos adjuntos. Su definición original responde a una especie de suscripción a blogs hablados a los que se puede acceder mediante la red.
Actualmente son los sustitutos naturales de los programas radiofónicos tradicionales, con contenidos diversos. Existe al menos la figura de un locutor, el cual puede hablar de cualquier tema como si fuera un monólogo, o bien estar acompañado de otros locutores, puede haber guión o improvisación total, se puede incluir música entre conversaciones, de fondo o entre conversaciones o bien ir sin música.
La manejabilidad y disponibilidad de los podcast en cualquier momento ha hecho que se popularicen, permitiendo a cualquiera hablar sobre cualquiera cosa y hacer sus propias piezas radiofónicas sin la necesidad de tener que emitir por una frecuencia hertziana y sin que estas locuciones se pierdan para siempre en el olvido por culpa de la inmediatez.
Para plantearse la creación de podcasts es indispensable disponer de un micrófone que funcione y un programa de edición de audio que permita registrar una grabación.
Si no tienes ninguno instalado en tu ordenador te recomendamos que te descargues uno gratuito, muy práctico y sencillo de usar, llamado Audacity.
Antes de comenzar la grabación con esta aplicación como tal hay que establecer la calidad del sonido, buscando una idónea para que suene bien y, al mismo tiempo, no ocupe mucho. En el menú Archivo/Preferencias se puede elegir ésta. Si es lo que vas a grabar es sólo voz se recomiendan 48 ó 56 kb Mono, mientras que si es voz y música con 64 kb puede ser suficiente.
A continuación, es recomendable etiquetar el fichero. Aunque esto no es obligatorio sí ayuda bastante para facilitar la clasificación de tus podcasts y establecer elementos de uniformización con piezas de otros usuarios en el entorno podcasting. Debes ir al Menú Proyecto/ Editar etiquetas ID3 y aquí indicar nombre del autor, título, año, etc.
Ahora es cuando llega el momento de la grabación. Se entiende que previamente se tiene claro de qué se va a hablar, qué recursos sonoros se van a usar, cómo va a ser el tono, etc. Simplemente debes apretar el tradicional botón del círculo rojo y comenzar con la locución. El cuadro amarillo sirve para parar y el triángulo verde se usa para reproducir.
Una vez el archivo se ha guardado no basta con esto para poder comenzar a trabajar con él. Está en tu mano editarlo de la forma que veas pertinente acortándolo, alargándolo, incluyendo efectos, etc. Por otro lado Audacity dispone de su propia extensión, que no es un estándar para podcasting así que hay que transformar este audio en MP3.
Debes dirigirte al menú Archivo y aquí a la opción Exportar como MP3. En este punto tienes que tener un codificador. Audacity suele venir asociado con uno llamado LAME MP3. Si no fuera así, navegando por la red es fácil de encontrar.
A la hora de exportar Audacity va a pedirla ruta del archivo lame_enc.dll, que se encontrará en la carpeta donde hayas descargado este programa codificador. Tras esto sólo tienes que ponerle un nombre al archivo.
Ya tienes tu archivo de audio listo. Es ahora cuando hay que subirlo a un servidor para que se pueda escuchar o descargar por los usuarios. Por otro lado habría que hacer un archivo RSS para que estos puedan suscribirse, un formato de código XML.
Hay multitud de servicios de alojamiento de podcasts que realizan todo este proceso de forma sencilla y automática proporcionándote una dirección del archivo mp3 y un RSS válido. Entre estos están castpost, podomatic, poderato o blip, fáciles de usar y gratuitos.
También puedes subir el archivo aun servidor web y crear el archivo RSS desde cero tú mismo, usando como referencia otro archivo RSS de cualquier podcast. Para ello debes entrar en su plantilla y modificar una serie de parámetros que suelen ser características del podcast como el idioma, el título, datos de contacto, etc.
Como este proceso puede llegar a hacerse largo y farragoso recomendamos la primera opción para obtener RSS automáticos.
Hay multitud de directorios donde puedes alojar tu podcast. Para darle promoción a tu locución es recomendable que subas el tuyo al mayor número posible.
Hay multitud de opciones para incorporar un reproductor de podcasts a tu blog o weblog. De esta forma podrás hacer que cualquiera que pase por tu espacio pueda escuchar tus propias creaciones sonoras.
Normalmente este tipo de aplicaciones son plug-ins que se incorporan a páginas como Word Press o Blogger. Algunos como Odeo incluyen debajo de la ficha de cada podcast el propio código embebido para que otros internautas puedan usar el audio en su página, como ocurre con los vídeos del portal You Tube.
Otros además de poder escucharlo, también permiten su descarga en mp3, como Flash Single MP3 Player.
Una opción bastante buena es el Podcast Audio Media Widget, que te permitirá añadirlo a tu blog, web o red social favorita en tres sencillos pasos. Ofrece sus propios archivos de audio, pero si quieres añadir los tuyos propios o los que más te gusta escuchar, sólo tienes que registrarte.
Finalmente utilizando el botón “Get”, incrustado en el reproductor, ya te puedes llevar el código para lucirlo en tu propio blog.
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