Hanako (que, por cierto, es nombre de chica) es una robot que no se contenta con abrir la boca y quedarse plácidamente tumbada (sin segundas) sino que además está dotada de mecanismos que hacen que mueva la mandíbula, la boca, la lengua, los ojos, segrega su propia saliva robótica y se queja si le duele.
De esta manera los estudiantes para futuros dentistas podrán ejercitarse sin peligro para sus víctimas (pacientes, queríamos decir pacientes) antes de salir a la calle a curarnos esas bocas que llevamos que son un dolor. Hanako reacciona a las exploraciones del estudiante y expresa mediante muecas y quejidos su dolor, hasta el punto de llegar a poner los ojos en blanco o simular el inicio de una arcada. Es la forma más sencilla de que los futuros dentistas se vayan acostumbrando a lo quejicas y cobardes que somos sus pacientes. Además de fotos, tenemos la posibilidad de ver un video de Hanako en acción. — Antonio Rentero [Headline News]
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