Reconozcamo que visto así, construido a base de piezas de Lego, mueve a la ternura.
Pero quizá la sensación fuese muy otra si estuviese hecho de auténtica esponja viva y autoconsciente y de partes robotizadas. Por no hablar de ese cañón que sale por su boca. No, no te hagas preguntas lógicas como “¿podrá sobrevivir un cyborg bajo el mar sin sufrir un cortocircuito?”. Te recuerdo que estamos hablando de una esponja que viste pantalón corto, camisa y corbata y que además habla. Y su amigo es un calamar.
Eso sí, cuando miramos por detrás ya nos recuerda más a uno de los míticos brutos mecánicos estilo Mazinger. Eso lo explica todo. Y si aparece uno así de varios metros de altura por las calles de tu ciudad sí que vas a tener miedo. ─Antonio Rentero [Planet Oddity / Imágenes: rack911]
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