El dispositivo utiliza el algoritmo de encriptación AES de 256 bits, pero no sólo eso sino que para asegurarte que nadie más salvo tú pueda acceder a los archivos debes introducir una tarjeta de usuario y un código PIN.
Ningún código queda grabado ni en las unidades ni en el ordenador, todo queda dentro del adaptador que no necesita drivers y funciona en todo tipo de sistemas operativos y sistemas de archivos.
Una idea genial y sencilla que aunque podría haber usado un dispositivo más pequeño la verdad es que funciona realmente bien y te permite estar a prueba de conspiraciones templarias, masónicas o de la iglesia católica sin necesidad de usar un criptex.— Dani Burón [EverythingUSB]
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