The Home Depot ha ignorado advertencias de seguridad desde 2008
A través de The Home Depot se ha sufrido uno de los mayores robos de datos de tarjetas de crédito de la historia reciente, con 56 millones. Extrabajadores indican que se ignoraron fallos de seguridad desde 2008.
En estos últimos meses estamos viendo como grandes empresas estadounidenses están sufriendo ataques graves a sus sistemas de pago y puntos de venta físico, con filtraciones de millones de tarjetas de crédito de los clientes que realizaron pagos con tarjetas en sus tiendas.
De entre todos, el más reciente y también con más afectados es el de The Home Depot, que tiene el “honor” de haber sido la fuente de la filtración de 56 millones de tarjetas de crédito que se usaron en más de 2.000 tiendas de EEUU y Canadá, superando a los 40 millones de Target.
Las primeras investigaciones apuntan a que empresas de seguridad estuvieron avisando a The Home Depot y que la compañía ha hecho caso omiso a muchas de las advertencias, permitiendo que el malware que filtraba los datos estuviera funcionando, al menos, desde abril de este año 2014 y hasta este septiembre.
Pero parece que lo que podría considerarse un “fallo puntual”, en realidad sería algo normal en The Home Depot, ya que según antiguos trabajadores del departamento de ciberseguridad, la empresa no se tomaba en serio la protección de sus sistemas. Varios de ellos afirman que la empresa no actuaba a pesar de haber estado avisando de numerosos fallos y vulnerabilidades desde 2008, llegando a ser tan graves que no entendían como han pasado los estándares de privacidad y seguridad de datos, e incluso recomendando a sus amigos y familiares que no usaran tarjetas en las tiendas, sólo efectivo.
No ayuda tampoco el hecho de que el jefe de seguridad que contrataron en 2012, ha sido ingresado este año en prisión por manipulación del sistema en su anterior empleo.
Toda esta información, podría provocar que aunque el robo ha sido por un ataque, finalmente se hiciera responsable a The Home Depot por los fraudes cometidos con los datos de tarjetas robadas y, como ya pasó con Playstation Network, por el propio robo de datos, que en caso de una demanda colectiva por parte de los clientes afectados podría suponer un varapalo económico y de publicidad.