La verdad es que no nos vamos a engañar, el invento no tiene mucho sentido hoy día gracias a los picoproyectores. Aunque, quien sabe, puede que alguien necesite proyectar algo en un sitio donde es difícil que llegue la electricidad. Así, el invento no tiene mucha complejidad. Tal y como en los antiguos proyectores de clase ya mencionados, insertamos el iPhone dentro del proyector (poniendo el brillo al máximo pues, como nos indican en el vídeo insertado en esta noticia, el proyector no cuenta con ningún tipo de energía y la luz necesaria para proyectar es la que da el dispositivo) y, ¡ya podemos ver el contenido que estemos reproduciendo en nuestro iPod en la superficie a la que apunte el proyector!. Su precio es de 80 dólares, unos 62 Euros al cambio actual, incluyendo una pantalla de 17 pulgadas optimizada para la proyección. ¿Habrá algún profesor que tenga sus apuntes en un iPhone y compre este proyector para dar sus clases con él? [Technabob] — Fco. José Cañizares.
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