Su propuesta consiste en una impresora que usa los cartuchos de paintball para que la pared contenga el diseño que se le introduzca. Esencialmente, la impresora lleva un ordenador incorporado que, con la ayuda de un sensor láser (para calcular la distancia de la impresora a la pared) así como de una cámara de fotos (para saber el área a decorar) ajusta automáticamente el tamaño de la imagen (que se introduce vía USB) al que tiene que aparecer en la pared. Aunque el proyecto está destinado a pintar fachadas, si alguna vez hay una guerra mundial de Paintball, ¿no podría adaptarse la impresora para usarla como cañón contra el equipo contrario y así ayudar a los que luchen cuerpo a cuerpo?. [Facadeprinter via DesignBoom] — Fco. José Cañizares.
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