Ese curioso material amorfo que calienta para luego ir creando las sillas capa a capa, no es nada más y nada menos que plástico proveniente de frigoríficos reciclados, y gracias a él consigue hacerlas en una sola tira continua. Además para cambiar de color sólo basta con añadir “virutas” de colores, mezclándolas consigue diferentes colores y tonalidades.
El nombre que Dirk van der Kooij ha puesto a su proyecto, endless, viene tanto de esa tira de plástico sin fin que forma los productos como de la versatilidad sin límites que tiene y del proceso de fabricación, evaluación y mejora continua de los diseños.
No sé a vosotros, pero a mi ver el vídeo me ha dado muchísima hambre, y eso que ya he desayunado… ¿os imagináis una casa llena de muebles que parezcan hechos de chocolate o queso fundido?— Dani Burón [Makezine]
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