El equipo (de casa) ha desarrollado ya el sistema hasta el punto en que 100 máquinas de un centímetro pueden trabajar juntas moviendo un obstáculo cuando uno de los robots encuentra su camino bloqueado. Ya hay dos tipos de robots distintos: el minúsculo de la imagen tiene sólo tres milímetros de longitud, se mueve por vibración, posee un sistema operativo de 8 k y una RAM de 2 k. El segundo es un robot mayor, de nombre Jasmine y con pequeñas ruedas.
Uno de los miembros del equipo afirma que se podría construir un hábitat antes de la llegada de exploradores humanos: “ahora sabemos que hay agua y polvo, de modo que lo único que necesitarían es algún tipo de pegamento para empezar a construir estructuras, como hogares para científicos humanos”.
Al parecer, el siguiente paso es la producción en masa de las diminutas máquinas, utilizando una técnica de doblado PCB similar al origami. ¡Ya queda menos para que pongamos un pie en Marte! O, mejor, un montón de diminutas patitas, pero menos da una piedra. — Rafa M. Claudín [ScienceDaily]
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…