Los departamentos de Recursos Humanos de las empresas han decidido invertir en programas de bienestar enfocados a la salud mental como una de las estrategias más efectivas. Así concluye Cigna International Markets en uno de sus últimos estudios. Y, es que, tal y como muestra este análisis, toda actividad dispuesta para mejorar el bienestar emocional de la plantilla pueden llegar a alcanzar un retorno económico de hasta sesenta veces la inversión inicial.
Las actividades que mejor suelen funcionar son aquellas relativas a la gestión afectiva del estrés a través de estrategias de control mediante sesiones orientativas con profesionales. Algo que también tiene un impacto notablemente positivo son aquellas que reclaman la atención al bienestar emocional, los talleres de capacitación para encontrar técnicas de conciliación entre la vida laboral y personal o las clases de meditación.
Jason Sadler, presidente de Cigna International Markets, indica que “el concepto de bienestar en el lugar de trabajo ha ascendido de posición en la agenda corporativa y las organizaciones reconocen que la implantación de programas efectivos ayuda a la plantilla a gozar de mejor salud y a ser más productiva. El informe refleja que las iniciativas de salud mental producen un retorno económico muy importante; sin embargo, otro de los estudios que hemos realizado desde Cigna, muestra que solo el 26% de los empleados recibe beneficios de este tipo por parte de su compañía”.
Emprender planes de salud y bienestar dentro del entorno laboral resulta una inversión para las empresas, más que un gasto. Pero trasladar estas acciones y sus resultados a indicadores cuantificables impide realizar una estimación concreta del retorno positivo que se obtiene con su implantación.
La investigación realizada por Cigna International Market expone que los planes de salud y bienestar que mayor éxito tienen son aquellos enfocados a resolver un problema o necesidad específicos: reducción del absentismo, gestión de determinadas enfermedades, fomento de la práctica del ejercicio físico o control del estrés.
Por eso, antes de diseñar el programa, es conveniente revisar los factores de riesgo y los perfiles de salud de los empleados para determinar cuales son las cuestiones a tratar. “Los programas de bienestar que se basan en una sólida comprensión de cómo se manifiestan los problemas de salud en el lugar de trabajo pueden generar retornos impresionantes. La pandemia ha cambiado la forma en la que trabajamos y los planes deben adaptarse a las necesidades cambiantes que estos experimentan. Por lo tanto, es crucial que las empresas desarrollen marcos de trabajo consistentes para asegurar que todas las intervenciones de bienestar tengan el impacto deseado”, destaca Jason Sadler.
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