Una idea que no quiso IBM
La historia de Iomega empezó en 1979 en unas instalaciones de IBM en Tucson, Arizona, donde cuatro ingenieros idearon un enfoque radicalmente nuevo para un antiguo problema: cómo evitar que los cabezales lectores/grabadores del dispositivo de almacenamiento en cinta magnética se colapsen en el plato giratorio causando la pérdida de datos. IBM rechazó su propuesta de desarrollo, pensando que el plan no era viable,
de forma que Tony Radman, Renee Radman, David Bailey y David Norton obtuvieron el permiso para llevarse su idea y formar su propia empresa.
Iomega nació el 2 de abril de 1980, y su tecnología anticolisión se convirtió en la base del primer producto propio de la firma Iomega, creando el primer almacenamiento extraíble de alta capacidad del sector.
Tras dos años de desarrollo, la unidad Alpha-10 Bernoulli de Iomega se lanzó en 1982 como primer producto de almacenamiento magnético que ofrecía protección integrada contra las caídas de disco. Los fundadores de Iomega emplearon un principio aerodinámico conocido como el “efecto Bernoulli” para elevar el disco flexible de Alpha-10 hasta los cabezales lectores-grabadores de la unidad, donde un colchón de aire impedía que los cabezales tocaran el plato de almacenamiento magnético.
El diseño estaba esencialmente a prueba de colisión y, aunque aquellos discos extraíbles de 10 megabites y ocho pulgadas de diámetro eran enormes para la norma actual, fue en su momento un impresionante avance tecnológico.
Las unidades Bernoulli tenían la capacidad de un disco duro, la portabilidad de un disquete, y ofrecían dos ventajas revolucionarias: la posibilidad de aumentar la capacidad ilimitadamente usando más discos Bernoulli, y la posibilidad de transportar archivos grandes y guardarlos aparte del ordenador para mayor seguridad.
Estas ventajas contribuyeron a que la unidad Bernoulli constituyera una nueva categoría de almacenamiento y atrajera una inmensa atención de parte de usuarios profesionales y entusiastas de la informática. Los últimos modelos redujeron el factor tamaño y potenciaron la capacidad, llegando a los entonces impresionantes 230 megabites por disco.
El éxito de Iomega con las unidades Bernoulli le llevó a una oferta pública en julio de 1983. Las acciones de la empresa se cotizaron en el el mercado Nasdaq como IOMG hasta noviembre de 1996 cuando pasó al New Cork Stock Exchange y empezó a cotizarse bajo su símbolo actual, IOM. En 1983, la empresa ubicó su sede central en Roy, Utah, al norte de Salt Lake City, y desde entonces los ingenieros de la empresa han diseñado una sucesión de nuevos productos en los laboratorios de Iomega
Memoria portátil para las masas
A mediados de los años 90, el disco duro ya era de uso común y los discos floppy iban en retroceso como medio práctico para las copias de seguridad. Se quedaban pequeños para las necesidades del usuario: el tamaño de los archivos aumentaba, los archivos multimedia eran muchos más comunes, y los archivos adjuntos al correo electrónico y la expansión de Internet hacían las descargas de archivos más comunes que nunca. La capacidad procesadora de los ordenadores también aumentaba y, con el debut del procesador Intel Pentium en 1993, la baja tasa de transferencia del disquete de 1.44 megabites se hacía cada vez más patente. Era el momento de hacer un cambio.
En 1994, los ingenieros de Iomega se pusieron a trabajar en “Vitamina C”. El prototipo consistía en una elegante y pequeña caja del tamaño de un libro de bolsillo. El equipo de diseño aprovechó las valiosas opiniones del grupo muestra elegido para realizar una serie de mejoras de diseño, que incluían el cambio del clásico beige de ordenador al azul y la sustitución del diseño de carga superior con tapa en abatible por un mecanismo de carga de disco por ranura.
Los ingenieros de Iomega diseñaron una fiable unidad con cabezales Winchester guiadas por un actuador lineal. El disco consistía en un pequeño plato magnético flexible dentro de una resistente coraza de plástico con la sorprendente capacidad de 100 megabites. El proyecto “Vitamina C” dio lugar a la unidad Iomega Zip, que no solo proporcionaba un almacenamiento portátil resistente y de alta capacidad, sino que también cumplía el objetivo de facilidad de uso y un precio de 199,95 dólares.
El 24 de marzo de 1995, Iomega lanzó la primera unidad Zip, cambiando el curso de la historia informática. La demanda fue tan grande que en ocasiones Iomega sencillamente no podía producir suficientes unidades para satisfacerla. La unidad Zip se convirtió en uno de los periféricos de mayor salida y de más éxito de la historia de la informática.
En diciembre de 1998 se presentó una unidad Zip de segunda generación de 250MB, que junto con la unidad de 100MB contribuyó a generar unas ventas de 1,2 millones de dólares en ventas anuales para la línea de productos Zip desde 1997 a 1999.
Iomega siguió con la unidad Zip 750 en agosto de 2002, y al tiempo fue presentando nuevas unidades Zip para todas las interfaces y configuraciones de ordenador más comunes, incluyendo una completa gama de unidades externas así como internas para sobremesas o portátiles, integrándolas en nuevos sistemas.
Variedad de memorias de almacenamiento
Con el meteórico lanzamiento de la línea Zip, Iomega empezó a reunir un catálogo de productos. En 1995, Iomega anunció su siguiente tecnología exclusiva: la unidad y el disco Jaz de 1GB. Su alta capacidad y gran rendimiento hicieron el formato Jaz muy popular entre los profesionales del diseño gráfico, para los archivos multimedia o con alta densidad de datos. Iomega avanzó con un modelo Jaz de 2GB tres años más tarde, y en total ha vendido más de cinco millones de unidades Jaz y 15 millones de discos Jaz.
Cuando aparecieron en escena las unidades CD-RW y la fiebre de grabar CDs se apoderó del mundo informático, Iomega introdujo su primer producto CD-RW, la unidad regrabadora Zip 650 CD-RW, en 1999. Además de Zip, Jaz y productos ópticos, Iomega presentó otras líneas de almacenamiento de consumo, incluyendo discos duros externos, unidades flash USB, e incluso unidades externas de disco floppy.
Hubo otros productos Iomega que no encontraron un sitio en el mercado. El disco de 40MB Iomega Clik!, presentado en 1999 y re-lanzado al poco tiempo como PocketZip, fue diseñado para las cámaras digitales, ordenadores portátiles y dispositivos de bolsillo. La unidad PocketZip fue una de las características esenciales del reproductor de audio digital HipZip de Iomega en el otoño de 2000. Otro producto, el centro de imagen digital FotoShow, permitía a los usuarios descargar imágenes de cámara digital a un disco Zip para verlos en forma de diapositivas en un televisor familiar. Estos productos se encontraron con una aceptación limitada en el mercado, y finalmente quedaron descatalogados.
Software que forma parte de una solución total
Desde el comienzo, Iomega ha perfeccionado sus productos con software que va desde la instalación de controladores y aplicaciones de terceros hasta desarrollos propios con el objetivo de hacer que sus productos sean fáciles de utilizar.
En 2000, Iomega presentó su primera utilidad de software comercial, QuikSync 2, para la copia de seguridad automática. Este producto se convirtió más tarde en el galardonado Iomega Automatic Backup. Hoy día, Iomega Automatic Backup Pro ofrece a los usuarios una importante gama de sencillas funciones para hacer copias de seguridad de archivos en muchos de los productos del catálogo de Iomega.
Otra reciente innovación en software de Iomega es la tecnología Active Disk, que es la base de una nueva generación de aplicaciones de software que se pueden ejecutar automáticamente a partir de un disco Zip o una memoria flash USB.
La próxima revolución en almacenamiento
Cuando los ingenieros de Iomega empezaron a diseñar una plataforma de almacenamiento magnético extraíble para el siglo XXI, su principal objetivo era el mercado de la cinta y las necesidades de archivo y copia de seguridad de pequeñas y medianas empresas. Una vez más, vieron una oportunidad que contradecía la sabiduría popular sobre el almacenamiento extraíble.
Los anteriores diseños de discos extraíbles siempre habían permitido la entrada de aire y de microscópicas partículas de polvo en el disco, lo cual reducía su fiabilidad. La gran revolución de Iomega fue la creación de un entorno prácticamente “hermético” dentro del cartucho extraíble, lo que suponía una integridad para los datos equivalente a la de los convencionales discos duros sellados.
En abril de 2004, Iomega lanzó con éxito la unidad Iomega REV 35GB, la plataforma de almacenamiento extraíble de mayor capacidad de su historia. Diseñado para pequeñas y medianas empresas y para mercados verticales como la retransmisión y supervisión por vídeo, el disco REV soporta 35 gigabites, es más pequeño que una baraja de cartas, ofrece la velocidad y facilidad de uso de un disco duro, además de ser portátil y extraíble como la cinta.
Las unidades REV son una revolución en la tecnología del almacenamiento. Proporcionan acceso aleatorio a los datos en milisegundos, en contraste con las interminables esperas
asociadas con la tecnología en cinta. Las unidades REV pueden copiar datos a velocidades de hasta 25MB/seg., ocho veces más rápido que un dispositivo comparable en cinta. Los discos REV son más duraderos que la cinta, con un número estimado de re-escrituras de un millón, y las unidades REV no tienen ninguno de los inconvenientes de mantenimiento propios de la cinta. Además, el software Iomega Automatic Backup Pro incluido aporta funciones de compresión que hacen posible guardar hasta 90 gigabites de datos comprimidos en un solo disco REV, suponiendo para las empresas y usuarios domésticos avanzados una solución total para copias de seguridad, protección y archivo de grandes cantidades de datos.
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