Lo que debería hacer Jack Dorsey es empezar a dar charlas sobre productividad y cómo hacer que tus días tengan 50 horas. Si hay alguien que tiene en su poder ese secreto es él, recién nombrado CEO de Twitter y todavía CEO de Square, compañía que esta semana acaba de presentar sus papeles para salir a Bolsa. Y, según el propio Dorsey, está al 100% en ambas compañías.
No todo el mundo está de acuerdo, claro. Es innegable que ser CEO de dos compañías públicas de forma simultánea tiene que afectar de alguna forma su dedicación, algo que también saben en Square. Uno de los riesgos detallados por la startup en su documentación para la OPV es precisamente esa doble función de Jack Dorsey, que quizá haga que no pueda estar todo lo que debe.
Según el texto presentado por Square ante la SEC, la compañía depende de su dirección y de sus empleados y admite que si pierden “los servicios de cualquier miembro de la ejecutiva o cualquier personal clave, pode que no seamos capaces de encontrar un reemplazo adecuado o cualificado”. Y que Dorsey sea también CEO de Twitter puede “afectar a veces su habilidad para dedicar tiempo, atención y esfuerzos a Square”.
Esta duda sobre la dedicación de Jack Dorsey y la posibilidad de compatibilizar sus dos puestos no ha sido ninguna sorpresa, ya que se trata de un tema del que se habla mucho desde que Dick Costolo se fue de Twitter. Lo que sí ha sorprendido un poco más y ha hecho que muchas miradas desconfiadas se dirijan a Dorsey es la aparición de una misteriosa compañía, West Studios, en la que el CEO de Square y Twitter tiene “interés de propiedad directo”, que ha estado recibiendo sumas de ambas compañías.
West Studios ¿conflicto de intereses?
La aparición de West Studios en el S-1 de Square ha llamado la atención por un detalles que apunta a un posible conflicto de intereses: en el S-1 de Twitter también aparecía. En ambos casos, se revela que la firma ha recibido cerca de un millón de dólares por parte de cada compañía a cambio de sus servicios de consultoría y marketing. ¿El problema? Jack Dorsey es en parte propietario de West Studios.
Como apuntan en Business Insider, Jack Dorsey fue uno de los inversores iniciales que sirvió para lanzar la firma de marketing, aunque no se sabe exactamente qué porcentaje tiene de la empresa. En 2011, con Dorsey como presidente ejecutivo de Twitter y supervisor de marketing, contrató a West Studios para realizar una serie de spots televisivos. Ya en este momento dentro de Twitter hubo cierto descontento y sospechas. ¿Se escogió a West Studios por ser los mejores o porque Jack Dorsey era uno de sus propietarios?
No se trata de algo ilegal, por supuesto, pero sí que podría crear cierto malestar dentro de la compañía. ¿Se atreverían los responsables de marketing a despedir a una consultoría con la que el CEO tiene una relación tan cercana? Ya hace un par de años se criticó mucho al entonces CEO de Groupon, Eric Lefkofsky, por un tema similar. No obstante, son también muchos los que apuntan que en realidad no pasa nada y que es hasta normal: muchas agencias no quieren trabajar con startups, por lo que viene hasta bien que le CEO sea propietario de una.
Conflictos de intereses aparte, lo que está claro es que Jack Dorsey tiene unos meses por delante de lo más intensos. Y aunque ha aceptado ser CEO de Twitter y asegura que no abandonará Square, son muchos los que creen que no aguantará. Pero ¿en cuál de las dos compañías se quedará si no puede con todo?
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