Basada en SuSE
El último de los lanzamientos de uno de los grandes de la informática mundial vuelve a demostrar la buena salud del sistema operativo de libre distribución Con una experiencia en el segmento Unix de más de dos décadas, los desarrolladores del afamado sistema operativo Solaris llevan tiempo apostando por GNU/Linux en ciertas áreas de negocio. La integración de GNOME 2 como entorno de escritorio en Solaris supuso una agradable sorpresa para los usuarios de Linux, que también han visto con buenos ojos como las soluciones hardware con arquitectura x86 de Sun se vendían con distribuciones de Red Hat y SuSE Linux dirigidas a la empresa.
El último de los lanzamientos, conocido con el nombre en clave de Mad Hatter, es una distribución GNU/Linux claramente destinada a la empresa y enfocada hacia las tareas ofimáticas.
Esta solución no se vende en caja, sino que se presenta en una carpeta de plástico en la que se disponen seis CD (tres de instalación, dos de fuentes y uno de documentación) y la licencia de uso impresa. No existen manuales en papel debido a la presencia del comentado disco con información, que, pese a todo, no es todo lo eficaz y completo que hubiera cabido esperar.
El proceso de instalación está marcado por la utilización de YaST2, una herramienta de gestión y configuración del sistema operativo que SuSE ha liberado recientemente bajo la licencia GNU GPL. Toda la comunidad ha recibido esta buena noticia con agrado, al permitir usar libremente este desarrollo, uno de los más reputados complementos de la distribución alemana.
La interfaz es virtualmente idéntica a la que encontramos en las soluciones de SuSE. De hecho, la distribución completa de Sun está basada en una ya algo veterana versión 8.1 de SuSE LINUX, que se ha acomodado a las nuevas exigencias. La iteración del núcleo del sistema utilizado es la 2.4.19, mientras que la elección en el caso del entorno de escritorio ha sido obvia, aunque discutible en ciertos aspectos. GNOME 2 es la apuesta clara de Sun Java Desktop System 2003, no existiendo ningún tipo de soporte a KDE. Ni siquiera encontramos las librerías kdelibs o QT, algo que probablemente suponga un inconveniente para los que gustan de utilizar aplicaciones basadas en esta interfaz. La solución obvia consiste en instalarlas de forma separada para poder compilar y ejecutar programas, pero para la mayoría de los usuarios supondrá una barrera ciertamente importante. El comportamiento de GNOME2 es sobresaliente, con un tema propio de Sun, al que han llamado Blueprint, de aspecto agradable y que no es complejo, lo que lo hace adecuado para máquinas menos potentes.
La ofimática, protagonista
El foco de interés de Sun JDS reside en las tareas diarias que cualquier usuario profesional realiza. Gracias a la presencia de paquetes específicos, el trabajo con el correo electrónico, el procesador de textos o la hoja de cálculo y la navegación por Internet y redes de área local están perfectamente contempladas. El navegador Mozilla 1.4 es quizás el único que presenta problemas de estabilidad (existen versiones más pulidas), mientras que Evolution 1.4, un cliente groupware excepcional, muestra sus virtudes desde el primer momento.
Para las tareas ofimáticas, se integra a la estrella de la distribución: la suite ofimática StarOffice 7, versión comercial de OpenOffice.org. Las diferencias entre una y otra son mínimas; aparte del soporte de lectura para bases de datos de Adabas (no de creación) y de la mayor librería de clip-arts y plantillas, ambos desarrollos son virtualmente idénticos. No obstante, la inclusión de la versión «oficial» supone un valor añadido para los usuarios empresariales, que pueden confiar en la compatibilidad casi total con documentos ofimáticos de Microsoft Office.
Tras la instalación del sistema, podremos comprobar cómo en el escritorio se sitúan una serie de accesos directos al directorio raíz, al entorno de red y a las particiones Windows detectadas y montadas automáticamente. Como era de esperar (ocurre también en las series del núcleo 2.4.x y anteriores), si las particiones están en formato NTFS, sólo podremos leer datos de ellas, pero por defecto no será posible salvaguardar información en estas localizaciones.
El trabajo con redes locales en entornos híbridos (máquinas Windows, MacOS y otros GNU/Linux) está asegurada mediante la inclusión de los protocolos NFS y SAMBA. Sin embargo, la puesta en marcha de estos servicios puede ocasionar algún problema, sobre todo debido a la concepción que los sistemas Unix tienen en su montaje, algo que resultará extraño a los usuarios noveles.
Como una seda
Salvando ciertos inconvenientes que comentaremos más adelante, su funcionamiento ha sido ejemplar durante las dos semanas que ha durado el análisis. Se puede hacer el trabajo diario perfectamente, y tareas ya tradicionales como el manejo de correo o de ficheros ofimáticos (y gráficos, gracias a The GIMP) no difieren de lo que nos tiene acostumbrados Windows. Como ya hemos mencionado, la jerarquía de archivos y directorios y la filosofía de montaje de dispositivos de GNU/Linux hace algo más complejo entender el trabajo en entornos de red, pero acostumbrarse no lleva demasiado tiempo.
El escritorio que nos propone Sun JDS tiene, sin embargo, algunos problemas. El menú de inicio da la impresión de haberse dejado para última hora, englobando en el apartado Extras algunas utilidades que no tienen mucho en común y que deberían haberse situado en los submenús correspondientes del apartado de aplicaciones. Las preferencias de sistema (tras las cuales se sitúa en casi todos los casos YaST2) tampoco están claramente agrupadas, por lo que acceder a ciertas propiedades es algo complicado en ocasiones.
También hemos encontrado problemas a la hora de disfrutar de funcionalidades que teóricamente deberían estar disponibles. La grabación de CD se basa en Nautilus, y no es ni de lejos la forma óptima de realizar el proceso. Instalamos con éxito la última versión de xcdroast y el plug-in cdrecord-ProDVD, que permite también realizar compilaciones en los formatos regrabables de DVD.
La puesta en marcha de otras opciones como k3b, el excelente desarrollo basado en KDE, no es nada sencilla por la decisión de Sun de incluir sólo soporte GTK. Este ejemplo se traslada a otros apartados, como el pobre tratamiento multimedia, algo que Sun debería corregir en futuras revisiones de este producto. Con todo y con eso, nos encontramos ante una alternativa muy interesante para la instalación masiva en empresas de cualquier calado, ya que el tipo de tareas que se llevan a cabo tradicionalmente en estos sectores están perfectamente contemplados por un producto que se nutre de la experiencia de Sun.
¿Marca Java la diferencia?
El marcado énfasis Java que Sun ha querido dar a su distribución puede llevar a ciertos malentedidos. En primer lugar, cualquier otro desarrollo de empresas como SuSE LINUX, Red Hat o Mandrake dispone de la posibilidad de instalar un entorno de ejecución Java. Por otra parte, no existe prácticamente ninguna aplicación de este tipo que pueda destacar sobre el resto. Desde el menú Inicio de la barra de tareas encontraremos un acceso a las cuatro utilidades Java (más el reproductor multimedia) que Sun propone. La más destacada es el gestor de particiones, que nos muestra información sobre nuestros discos duros con una interfaz clara y potente. El diccionario online es una versátil utilidad, pero desde ahí pasamos a un editor de textos (jEdit) y a uno de diagramas (Jgraphpad) que no tienen mucho que hacer ante las herramientas tradicionales de las distribuciones GNU/Linux.
Así pues, la presencia de esa denominación resulta casi anecdótica ante una distribución que en este aspecto dispone prácticamente de las mismas funcionalidades que otras soluciones más veteranas. Evidentemente, contar con el respaldo «oficial» de Sun supone ciertas garantías, pero lo cierto es que la oferta de software es más amplia si se cuenta con librerías GTK o KDE.
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