Un desafortunado inventor saudí ha creado el llamado Killer chip, una cápsula con GPS destinada, en su funcionalidad básica, a tener localizadas a las personas y, en su funcionalidad avanzada, a matarlas a distancia liberando el cianuro que puede llevar en su interior. El amigo de los niños dice que podrían llevarlo “terroristas, criminales, fugitivos, inmigrantes ilegales, disidentes políticos, empleados domésticos y extranjeros que superen el periodo de sus visados”. ¿Me lo parece o ese tío está loco? Lo del cianuro por sí solo ya tiene traca, pero meter a toda esta gente en el mismo saco no se queda lejos. La oficina de patentes de Alemania le ha denegado la patente. ¿Bastará eso para que el chip no lo compre/fabrique ningún gobierno al que se le vaya la pinza? Sinceramente, no lo creo. — Rafa M. Claudín [Geekologie]
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