A finales del año pasado, en octubre de 2015, se anunció una importante operación que afectaba a dos de los principales fabricantes de sistemas de almacenamiento del mundo. Western Digital, conocida por sus discos duros, había llegado a un acuerdo para comprar SanDisk.
La operación de compra de SanDisk supone para Western Digital el desembolso de 19.000 millones de dólares, gracias a los cuales se hará con una de las empresas más conocidas en la fabricación de tarjetas de memoria y chips de memoria flash.
Western Digital mejoraría por tanto su posición en el mercado y se haría con una empresa clave del sector como es SanDisk, que permitiría aumentar notablemente su presencia en el sector y aumentar su capacidad de producción. Pero antes de permitir la compra, se debían pasar una serie de trámites administrativos que podría haberla bloqueado, como la aprobación por parte de los organismos reguladores europeos.
Al final, la Comisión Europea ha aprobado la operación, asegurando que la misma no supone un riesgo de monopolio del sector y que no daña la libre competencia del mercado de los soportes de almacenamiento en Europa. Sin duda una gran noticia para ambas compañías, que ahora podrán cerrar por fin el acuerdo y llevarlo a cabo.
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