La fuga de los instagramers y el síndrome de ‘Billion Dollar Baby’

El anuncio de Mark Zuckerberg hace unos días acerca de la compra de Instagram por 1.000 millones de dólares ha generado todo un vendaval de comentarios positivos y negativos alrededor de la aplicación fotográfica. La app, cuya versión para Android se ha descargado en más de cinco millones de ocasiones en sus primeros seis días, podría experimentar una fuga masiva de usuarios por la preocupación acerca de lo que la red social de Palo Alto pueda hacer con sus datos personales.

La empresa analista de redes sociales Crimson Hexagon ha monitorizado durante estos días el flujo de información acerca de la start-up. Instagram habría recibido 201.000 menciones sobre su compra y solo un 12% de las mismas entrañaría algo positivo. Un 10% de los comentaristas ha asegurado que piensa eliminar su perfil de la plataforma de fotografía y durante las últimas horas han proliferado consejos y tutoriales para saber cómo es posible extraer o borrar todas las fotos realizadas en el servicio, despertando gran interés.

El hecho de que la empresa de Palo Alto vaya a tratar a Instagram como un juguete de usar y tirar (algo que ya ha hecho con otras firmas emergentes como Gowalla) inquieta. Pero las carencias que Facebook ha demostrado en el pasado con la gestión de la privacidad es lo que más quita el sueño a los ‘instagramers’ (fans de Instagram).

Según las estimaciones de la empresa de seguridad Sophos en la actualidad habría 30 millones de personas que utilizan la aplicación fotográfica , con cerca de 500 millones de instantáneas publicadas hasta la fecha que pasarían al control de Facebook. La firma alerta de que en la política de privacidad de Instagram está incluida la frase “sujeta a cambios sin previo aviso”, dando carta blanca a Facebook para hacer lo que le venga en gana con la información, según explica Europa Press.

Para Sophos, la fuga del servicio no eliminará el problema. La compañía advierte de que al inscribirse a cualquier servicio en la nube se corren estos riesgos y la única forma de tener un control total de la información es “mantenerla en ordenadores y servidores propios”. “Hay que reconocer que en cualquier momento que usted decida almacenar su información en línea también debe asumir que podrá ser usada para fines de marketing y que puede ser de dominio público”, explican en su blog.

Alberto Payo

Redactor jefe de ITespresso.es. Comunicador audiovisual y periodista digital desde hace más de una década y tecnológico desde hace casi 7 años. Dentro de las TIC, interesado por la movilidad, las startups, los emprendedores y las apps. Fuera de ellas, aficionado al cine, la fotografía, los cómics, los viajes y los monólogos.

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