Un equipo de ingenieros mecánicos y químicos liderados por el profesor Jürgen Stampfl ha creado una impresora muy compacta de un tamaño poco mayor que un cartón de leche, que pesa kilo y medio y con un precio de 1.200 euros.
La impresora utiliza capas de resina sintética de 1/20 milímetros de espesor endurecidas con haces de luz LED que permiten geometrías muy complicadas y con una enorme resolución.
El equipo sigue por su parte investigando con todo tipo de materiales que sean más baratos, biodegradables y permitan incluso más detalle, que aunque no resultan eficientes para la producción en masa si son muy interesantes para la creación de prototipos u objetos muy especializados.
Y sí, ya que uno se pone también lo puede usar para satisfacer tu ansia de posesión de objetos frikis y crear figuritas de colección o miniaturas de Warhammer a mansalva.— Dani Burón [TUWIEN]
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