La innovación acaba con los miedos

Tan simple como dar el número del móvil al taxista. Con una acción tan sencilla, el usuario de a pie va a conocer de primera mano el alcance de las Nuevas Tecnologías en los momentos precisos en los que más urgencia tiene. Porque de todos es sabido que cuando se opta por este medio de locomoción es porque llegamos más que tarde al trabajo o a la cita con el médico.

Y esto con vistas a la facilidad de gestión de cara al ciudadano ya que, desde otros ángulos, las ventajas van sumándose. Así, la seguridad de la transacción es inmediata debido a la obligada autorización que el cliente tendrá que realizar antes de abonar el pago mediante su número secreto personal. Vamos, que sólo el principal indicado podrá efectuar la dinámica sin la intromisión de terceros, o, dicho con otras palabras, de los amigos de lo ajeno.

Además, mediante este sistema el usuario podrá subir al vehículo más cercano que se encuentre por la vía con lo que, evidentemente, sobra explicar el ahorro de tiempo y angustias varias que ello conlleva. No obstante, por si esto sabe a poco, la seguridad física tanto del taxista como del cliente permanece inalterable: la solución TI está conectada al 112 de modo permanente y, en caso de algún imprevisto, la policía puede localizarnos “a bote pronto”.

De cualquier modo, si alguna mente avanzadilla ya se está preguntando por los posibles problemas en cuanto a cobertura del teléfono, o por la transmisión efectiva de los datos, tecnologías como GPRS revelan todo su potencial. Y sorprenden a más de uno.

En fin, que para gustos son los colores, pero que si en esta temporada veraniega que se abre ciertos individuos, los más despistados, todavía no se atreven a coger el taxi por la noche, tendrán que tomar medidas alternativas o psicológicas. El miedo ha terminado tanto para el que coge el taxi como para el que lo lleva. Enhorabuena.