Syreen está pensado para sustituir a las jeringas y los envases de medicamentos inyectables uniendo ambos en uno. El sistema utiliza un empaquetado muy simple en que cada jeringa viene en dos piezas, una con el tubo que contiene el medicamento y otra en su parte inferior que actúa de tapa y que al desacoplarse se inserta en el tubo para poder administrar la inyección.
Parece una chorrada, pero este simple envase podría ahorrar millones a la sanidad pública y reducir desperdicios gracias a su modo de fabricación y a una reducción del envase en un 50% de volumen y 30% de peso.
Al estar hechas prácticamente en su totalidad de un polímero cíclico de olefina en vez de cristal, aguanta mejor que las convencionales, y aunque no pueden ser reutilizadas pueden reciclarse completamente.
De todas maneras existen más opciones para recortar gastos tanto en sanidad y que además apoyarían al deporte, como poner a los pacientes de la Seguridad Social como sparrings del equipo nacional de esgrima cambiándoles la punta de los floretes.— Dani Burón [The Engineer]
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