Sí, porque las lámparas de mesa no es que destaquen por ser objetos que quedan rápidamente obsoletos o que se rompa con facilidad, menos si están hechas de plástico.
Aunque claro, Bite Me no está hecha de un plástico normal, sino de uno biodegradable derivado de una mezcla de glicerina vegetal y agar agar, que proviene de las algas. El resultado es que limpiando la lámpara, quitándole los componentes electrónicos y dejándola en agua durante una hora, se terminará reblandeciendo dejándola “apta” para el consumo.
Dicho así no suena muy apetitoso que digamos, pero al menos está disponible en cuatro colores/sabores diferentes: naranja, cereza, arándano y manzana. Y además al parecer el plástico está bastante bien nutricionalmente.
La lámpara se comenzará a vender en breve, con un cable para conectarla a corriente y otro para conectarla directamente al USB del ordenador, según prefieras. No sé, yo no le veo mucho sentido ni futuro, pero lo mismo es un éxito más grande que las pulseras con pegatinas de hologramas. ¿Vosotros como lo veis? [Dezeen]
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