El tejido empresarial español aún depende mucho de las pymes. Aunque en los últimos años han desaparecido 200.000 a causa del inestable clima económico, en nuestro país existen todavía 1,2 millones de pequeñas y medianas empresas frente a solo 5.000 grandes compañías ¿Cómo están afrontando estas firmas modestas el cambio tecnológico? ¿Cómo se están adaptando a los nuevos hábitos 2.0 de los usuarios?
Estos y otros asuntos son los que se han tratado esta mañana en una mesa denominada ‘El impacto de Internet en las empresas españolas’ en el marco de las jornadas Inspirational Festival. En el debate han estado presentes Juan Rosell, presidente de la CEOE, Rosalía Lloret, directora general de Desarrollo Digital de PRISA y Gabriel Sáez de Buruaga, socio fundador de la agencia Wink y ex CEO mundial de Havas Digital.
Para Sáez de Buruaga “Internet es una arquitectura que lo cambia todo y para todos, incluidos empresas y usuarios. A una pyme le han cambiado los consumidores, los negocios, el trato al cliente, el proceso de compra, de planificación, la forma de trabajo interno, etc. O las empresas reflexionan sobre las tecnologías o tienen un gran problema”, advierte. El ex CEO de Havas cree, además, que las compañías españolas van muy despacio en el salto digital en comparación con otras empresas exteriores.
El periodista Juanma Castaño, moderador de la mesa, ha sacado a colación un asunto capital que podría ser la acusa de esto último: la mayoría de grandes empresarios no han crecido con Internet (y algunos ni siquiera con ordenadores). Rosell ha admitido que es así y que muchas veces se busca el apoyo en los más jóvenes para esta modernización. El problema es que, muchas veces, los que antes se adaptan a los cambios tecnológicos, se encuentran muy lejos en la escala de mando de las altas esferas. Sin embargo, Rosell también ha señalado que “cuando las empresas españolas vemos una posibilidad que no cuesta demasiado pero reporta claras ventajas, la abrazamos sin problemas”.
Rosalía LLoret ha incidido en que en la actualidad estamos viviendo en la “segunda gran revolución digital”, un período en el que cada pyme debe encontrar su propio modelo tecnológico adaptado a su negocio. Así la responsable de PRISA aboga porque cada empresa valore si le conviene estar en redes sociales o en el mundo móvil, porque no necesariamente todas lo requieren. “No todas necesitan tener un community manager”, asegura.
Lloret ha reivindicado el papel de los periodistas en todo este maremágnum de información 2.0 como curators y de los medios tradicionales como marcas de confianza, como intermediarios en los que confía el ciudadano para filtrar la actualidad. Aunque la directora de desarrollo digital no sabe pronosticar cómo serán los medios en 5 o 10 años sí que augura un panorama transmedia.
El presidente de la CEOE ha destacado que “la crisis no se puede achacar a Internet, más bien al revés”. En este aspecto coincide Buruaga, quien destaca que por cada empleo destruido por Internet se habrían generado otros 2,6 puestos de trabajo.
No obstante, el fundador de Wink ha comentado lo duro que es emprender en nuestro país. “El intentar hacer algo diferente o montar algo en España siempre se considera el último recurso. La gente te pregunta porque no te quedas en tu empresa si llevas tanto tiempo”. Buruaga destaca la dificultad de obtener crédito para emprender, por la poca mano de los bancos y los altos avales y requisitos que exigen estos.
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