Aunque resulta ya habitual la omnipresencia de bellas modelos en los stands de las marcas que acuden a este tipo de eventos, al parecer CBOSS había organizado un programa de actividades aún más completo para convencer a sus principales clientes de que cerraran negocios con ellos.
Consistía en organizar cenas a solas con algunas de estas bellas chicas a fin de que durante las mismas los futuros clientes tuvieran la oportunidad de “mantener una profunda inspección de las tendencias en el negocio de las telecomunicaciones“. Ahora se llama así.
La propia CBOSS expresa que no le cabe al menor duda que la presencia de champán, caviar y bellas chicas durante la reunión ayudaría a “favorecer una verbalización más adecuada de los pensamientos profundos del inconsciente”.
Algunas de las ejecutivas presentes en el MWC mostraron su malestar por este comportamiento sexista quejándose a la organización, aunque no se ha aclarado del todo si el problema es que no se habían previsto encuentros similares en los que además de alguna Irina hubiese también algún Boris disponible para ellas. ─[The Telegraph]
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