La historia real (o lo que dice la Web) es que la piscina pertenece a la Sra. Delicia Kanetis, una viejecita estadounidense que fue bailarina en su juventud, y a la que su médico le recetó ejercicios acuáticos para tratar los dolores de su desgastado cuerpo. Como no disponía de mucho espacio en el jardín, su hijo constructor (Stefan) le diseñó una piscina que se “escondía” totalmente cuando no se requería de su uso.
Con un piso que sube y baja, por el que se filtra y cuela el agua de la piscina, Stefan Kanetis ideó un complemento muy original para el jardín, pues es verdad que para el uso puntual que se da a las piscinas estas requieren de mucho espacio y atenciones. La verdad es que no sé si nuestro inventor es amante de las películas de James Bond, tiene una batcueva bajo el salón de su casa o es un supervillano con una morada secreta y miles de pasadizos y puertas ocultas en su casa…, pero lo del invento para su señora madre es de chapeau y muy original. ─ [Neatorama]
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