Esta tortuga africana de 12 años de edad tenía dañada su pata hasta el punto de que era imposible salvársela y se hacía necesario amputarla.
Esto le dificultaría los movimientos así que alguien en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Estatal de Washington tuvo la feliz idea de encolarle una rueda en el caparazón para permitirle seguir gozando de libertad de movimientos.
No será la prótesis más elegante que hayas visto porque en el fondo no es más que una rueda de silla de oficina, pero Gamera parece correr desplazarse feliz gracias a su nueva pata. ─[WSU Today]
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