Como habréis visto el pendrive sobrevivió y seguía funcionando sin problemas. Su éxito se debe a una carcasa de acero que además está recubierta de una funda de goma naranja, parecida a la de sus discos duros portátiles.
Vale, para ser una prueba con garantías debía ser una sola toma y caer en suelo duro, no en medio del campo donde está blandito y se amortigua. Pero aún así resulta curioso ver hasta que punto se llega para demostrar la resistencia en situaciones que probablemente no se darán nunca en tu vida a no ser que seas un superhéroe.
Es compatible con USB 3.0, y naturalmente con 2.0 y 1.0. Pesa 30 gramos y mide 53 x 27 x 21 mm. Además de caídas a más de 100 metros tiene resistencia al agua IP-54 y encriptación de datos AES 256-bit, junto con un servicio de backup del contenido completo en la nube por Wuala.
Hay una versión de 16 GB por 40 dólares y otra de 32 GB por 70, pero te avisamos que el precio no cubre los posibles daños a tu propia persona al dedicarte a hacer el tonto para comprobar su resistencia. [Ubergizmo]
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