Todos nos hemos visto algún momento en esa típica situación en la que en una comida en casa aparece algún comensal más de la cuenta y no hay sillas para todos. El diseñador FranÇois Azambourg, harto de pedir asientos de emergencia a sus vecinos, ha pensado en una solución eficaz. Se trata del Pack Chair, una serie de sillas textiles, con cinco prototipos en desarrollo, que se almacenan en una pequeña bolsa, dobladas como si fueran un saco de dormir. Una vez son extraídas de su plástico contenedor éstas se hinchan, pero no con aire, sino con un líquido de poliuretano. Como presumimos que esta sustancia no se puede “exprimir” después, probablemente la silla se mantenga en su nuevo estado erguido per sécula seculorum, hasta que tu suegra o algún otro espécimen de trasero monumental la chafe, claro. —Alberto Payo [Design Boom]
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