Las TIC, arma de doble filo para las mujeres ejecutivas
OMExpo- Las nuevas tecnologías ayudan a mejorar la conciliación entre la vida laboral y familiar, pero también obligan a las directivas a estar permanentemente conectadas.
El papel de la mujer en los altos cargos de las empresas de tecnología es un debate que está muy candente, sobre todo tras las palabras de la responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, durante el Día Internacional de la Mujer.
Según remarcaba la responsable europea, de acorde a datos de Bruselas, las féminas solo representan un 20-30% de los empleados del sector TI y únicamente un 13,7% de los miembros de las juntas directivas de las empresas más importantes del Viejo Continente. Esta cifra es incluso más reducida en nuestro país, con solo un 11% en puestos directivos.
Un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers titulado “la mujer directiva en España”, revelaba hace unos días que, de seguir la trayectoria que hasta ahora han tenido las empresas españolas, la igualdad en puestos de relevancia entre hombres y mujeres no se alcanzaría hasta el año 2057.
“No me gustan las cuotas, nunca me han gustado, pero me gusta lo que se consigue con ellas”, afirmó ayer Elena Gómez del Pozuelo, presidenta de adigital (Asociación Española de la Economía Digital) en una mesa redonda en OMExpo. La responsable se refería a la intención de la Unión Europea de imponer cuotas para mujeres en puestos directivos en el Viejo Continente. Según señalaba la comisaria de justicia de la UE, Vivianne Reding, hace unas semanas, “la petición que hicimos hace un año a las empresas para que aumentaran la presencia de mujeres voluntariamente en las directivas ha fracasado”. La representación femenina no ha ido en aumento, sino que ha descendido. El porcentaje de mujeres que dirigen grandes compañías europeas cayó ligeramente en los dos últimos años, del 3,4% de enero del 2010 al 3,2% actual.
¿Son necesarias las cuotas para equiparar la situación o hay alguna otra manera de darle la vuelta a la tortilla? Irene Caro, directora de Ventas de Facebook en España cree que el problema reside en la educación. “Hace falta un cambio educacional. Hay que educar a nuestros hijos para ser felices, no para ser jefes o directores generales. Llegar a puestos de responsabilidad requiere ir quemando etapas y aprender por el camino”, explicaba. Cano dio varios consejos básicos para llegar y mantenerse en puestos ejecutivos.
En España hay otro problema de base. Las mujeres no solo cuentan con un porcentaje de representación muy pequeño en altos cargos, es que además emprenden poco. De las 77.000 empresas que se crearon en nuestro país en 2011 (la mitad que en 2010) solo un 4% fueron generadas por mujeres. Joana Sánchez, emprendedora y CEO de Incipy, no se explica muy bien esta tendencia. “Creo que una de las cosas que nos define es que por lo general estamos mejor preparadas que los hombres para enfrentarnos a situaciones con un alto grado de incertidumbre”.
Sánchez cree que hay otros factores diferenciales entre géneros. Según su percepción, las mujeres tienden más a la colaboración, suelen tener más capacidad para innovar, asumen más rápidamente nuevas prácticas de gestión del trabajo, tienden a recibir mejor la formación y son “menos miedosas que los hombres”.
¿Y en cuanto a las TIC? ¿Hay diferencias significativas entre el uso que hace cada género? Irene Cano, de Facebook, confirma que en el último mes hubo 15 millones de usuarios activos en España en su plataforma y exactamente la mitad fueron mujeres. Un estudio de la red social femenina Womenalia apunta a que las redes sociales ya ocupan el 22% del tiempo de las mujeres profesionales en nuestro país. María Gómez del Pozuelo, CEO de esta firma, explica que solo un 24% de los usuarios de Linkedin son mujeres y la misma cantidad para Twitter. La idea de una red social para mujeres tiene sentido porque en ella “nos sentimos cómodas, no tenemos que estar demostrando que somos las mejores”.
Las nuevas tecnologías son un arma de doble filo para las mujeres en puestos directivos. Ayudan a éstas a conciliar mejor su vida laboral y profesional con cosas como el teletrabajo y las redes sociales, pero también les hacen permanecer constantemente conectadas a su entorno de trabajo de alguna u otra manera. “La conciliación no existe o sí, es algo personal”, afirma Joana Sánchez.