Es común que a la hora de buscar empleo muchas personas recurran a su círculo más cercano, como amigos y familiares, para acceder a oportunidades laborales. Sin embargo, un nuevo estudio que desgrana cómo se entrelazan las redes sociales y el mercado laboral, sugiere que estas conexiones más sólidas deberían considerarse a un nivel secundario o terciario.
Sinan Aral, profesor de la Sloan School of Management del MIT, lidera este estudio en colaboración con otros investigadores de las universidades de Harvard y Stanford, que acaba de ser publicado en la revista Science. Para su elaboración se analizaron datos de más de 20 millones de usuarios de Linkedin durante un período de 5 años.
Los investigadores experimentaron con la herramienta ‘Personas que quizás conozcas’ de LinkedIn en un intervalo en el que se crearon 6.000 millones de vínculos nuevos, junto con 600.000 nuevos puestos de trabajo.
La principal conclusión del trabajo es que las conexiones sociales más débiles en la red social profesional tienen mayor efecto en la movilidad laboral que aquellas conexiones más fuertes. Así, demostraría que lo mejor que pueden hacer muchas personas para encontrar trabajo, por contradictorio que suene, es explotar sus vínculos menos conocidos o más secundarios.
“La ‘fortaleza de los lazos débiles’, una de las teorías sociales más influyentes de los últimos cien años, sostiene que las relaciones poco frecuentes y en condiciones de igualdad -conocidas como lazos débiles- son más beneficiosas para las oportunidades de empleo, los ascensos y los salarios que los lazos fuertes. A pesar de tener más de 65.000 citas en los últimos 50 años, no ha habido pruebas causales experimentales a gran escala de esta teoría en lo que respecta al empleo”, señala Aral en un comunicado.
La teoría que cita Aral se acuñó en 1973 por parte del sociólogo Mark Granovetter en un artículo titulado ‘La fuerza de los lazos débiles‘. El documento revelaba que nuestros vínculos débiles tienden a ser más importantes cuando se trata de desenterrar nueva información, como oportunidades laborales.
Esto se debería en gran medida a que nuestros lazos más fuertes tienden a tener la misma información o percepciones que nosotros, por lo que salir de nuestro círculo cercano amplía nuestra exposición a nueva información.
No obstante, hay algunas matizaciones. Según el estudio, “aunque los lazos débiles aumentaron la movilidad laboral en industrias más digitales, los lazos fuertes aumentaron la movilidad laboral en industrias menos digitales. ”.
Es decir, que aquellas personas en búsqueda de empleo que no se dedican al ámbito digital tampoco deberían desdeñar sus vínculos más fuertes para acceder a nuevas oportunidades laborales. Pero merece la pena echar un vistazo a esas conexiones -no tan íntimas- que quizás no hayamos considerado o barajado, porque nunca se sabe de dónde puede surgir una nueva colaboración o contrato laboral.
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