En el mundo tecnológico, la segunda semana del año tiene un protagonista indiscutible que llena páginas y titulares y que ayuda a ver cuáles serán las tendencias del sector para los próximos meses e incluso años. Se trata del Consumer Electronic Show (CES) de Las Vegas, un lugar en el que los principales fabricantes de electrónica de consumo se juntan y muestran sus últimas novedades. Aunque ahora electrónica de consumo es casi cualquier cosa: desde los coches hasta el cepillo de dientes, todo es susceptible de aparecer en la feria.
Hay anuncios importantes de grandes compañías: smartphones, televisores, etc., y después están esos detalles extra que son como la nota de color del CES 2015. Se trata de los gadgets que solo podemos definir como “raros”. ¿Qué otro calificativo poner a una especie de patines que en realidad sirven para “caminar más rápido”? ¿O a un extraño casco que con pequeños rayos láser promete repoblar las cabezas de los calvos?
Esos son solo un par de ejemplos de lo que se puede ver este año en el CES Las Vegas, una edición en la que parece que lo que de verdad está despegando es el Internet de las Cosas. Cualquier objeto es susceptible de convertirse en smart gracias a un par de sensores, conexión Bluetooth y una app para el smartphone o la tablet. Biberones, colchonetas de yoga, cunas, cinturones, etc. Si no está midiendo nada, ni te permite el control remoto, es obsoleto.
En el tema de la auto-cuantificación, de la obsesión por monitorizar todos los aspectos de nuestro cuerpo, un nuevo dispositivo se acuerda de una gran olvidada (hasta ahora), la piel. Si bien hace ya tiempo que hay apps que te permiten hacer fotos de lunares y ver si son dañinos o no, su fiabilidad era más bien dudosa. En el CES 2015 aparece un nuevo jugador que quiere ser más de fiar: no se compromete a decir si tienes o no cáncer, pero sí a medir cómo de hidratada, grasa o dañada tienes la piel de la cara. Y, por supuesto, a dar consejos para solucionar el problema.
La prueba de fuego será, como siempre, el tiempo. ¿Nos seguirán pareciendo raros los Rollkers dentro de cinco años o todos llevaremos esas ruedas en los pies? ¿Nos preguntaremos cómo hacíamos yoga antes de tener una colchoneta con sensores o nos seguirá pareciendo extraño? ¿Veremos a personas con casco por la calle intentando luchar contra la alopecia? Quizá. De momento, eso sí, es todo sorprendente. Estos son los 12 gadgets más raros del CES 2015.
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