Los aparatos electrónicos cambian precio por ecología

Empresas

Cada empresa productora de dispositivos eléctricos y electrónicos deberá acreditar que posee un sistema propio de gestión de residuos.

Los usuarios “notarán” en el precio de los productos electrónicos la obligación que tendrán, a partir de agosto, las empresas responsables de la producción de la mayor parte de residuos eléctricos y electrónicos de gestionar esas basuras, según la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec).

Según el Real Decreto que traspone las directivas europeas sobre gestión de esos residuos, aprobado por el Consejo de Ministros del pasado 25 de febrero, cada empresa productora de aparatos eléctricos y electrónicos deberá acreditar que posee un sistema propio de gestión de residuos de estos productos, o bien que participa en un sistema colectivo.

En este sentido, el director general de Asimelec, Jorge Pérez, califica de “positiva” la aplicación de esta normativa pero asegura que el consumidor “lo va a notar en el precio”. De hecho, Pérez precisa que aún “no se sabe en qué medida” aunque indica que “la buena voluntad” y “la conciencia ecológica” de los ciudadanos tendría que bastar “para asumir, por ejemplo, las 15 pesetas por aparato que puede costar el correcto reciclaje de un teléfono móvil”.

Las pilas, los teléfonos móviles, las lavadoras o los ordenadores tendrán en el futuro tres posibles salidas: la recogida directa por parte de los ayuntamientos; el depósito en contenedores especiales; o la devolución al fabricante o al proveedor a cambio de un nuevo aparato de características similares.

Asimelec ha mostrado su satisfacción porque se han atendido dos de sus peticiones previas a la aplicación de esta ley: un sistema de registro de empresas productoras de este tipo de residuos y el desglose en la factura del coste de reciclaje, lo que, según afirman, hará que se asuma un coste neutro, “igual para todas las empresas”.

Los hogares españoles, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, “atesoran” unos 70 millones de aparatos sin darles uso. Para cumplir con lo que pide Europa la recogida de residuos electrónicos y eléctricos debería multiplicarse por 7 para alcanzar así los 4 kilos por persona y habitante.

La nueva normativa está encaminada también a fomentar que las empresas apuesten por el ecodiseño que les permita reciclar mejor y más fácilmente sus productos a la vez que aprovechar mejor sus residuos. Así, las empresas de pilas ya han retirado el mercurio para un mejor reciclaje y en el futuro se apostará por tornillos de plástico o carcasas de móviles de fácil separación.