Puede que hoy en día haya cosas parecidas al pez robot Charlie al alcance de todos, pero en su día supuso una revolución robótica al ser un robot con aspecto muy similar al de un pez que se controlaba de manera inalámbrica y que contaba con un armazón presurizado, un sistema de lastre y propulsión de cola.
La boñiga sensora estaba pensada para mimetizarse con el entorno del bosque y detectar el movimiento a 300 metros o menos de ella gracias a un sensor sísmico capaz de percibir vibraciones del terreno.
Por último el rotador postal permitía leer el contenido de las cartas y volverlas a introducir en su sobre sin que nadie sospechase gracias a un sistema que enrollaba la carta y permitía sacarla del sobre por la parte sin pegar.
Tendremos que esperar varias décadas para saber lo que la CIA usa actualmente pero por si acaso yo os recomiendo no fiaros de las boñigas que encontréis a vuestro paso, pueden ser robots o espías estadounidense miniaturizados.— Dani Burón [ohGizmo]
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
El Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial financiará aquellas iniciativas que puedan solucionar incertidumbres científicas o…
Solo en el cuarto trimestre las empresas emergentes del país han levantado 1.500 millones de…
La región tiene 13 scaleups y destaca por sus empresas emergentes de salud y agrotech.
Valencia ha atraído en el primer semestre del año 30 millones de euros de inversión…
El diario estadounidense demanda a las dos compañías tecnológicas por haber usado sus contenidos para…